Las células vegetales tienen grandes vacuolas llenas de soluciones con una determinada concentración. Cuando se ponen en contacto con soluciones acuosas de diferente concentración, el agua entra en las células o sale de ellas como consecuencia de la presión osmótica que se establece.
Cuando una membrana semipermeable separa dos soluciones de diferente concentración, el agua va desde la solución más diluida hacia la más concentrada. Este fenómeno se denomina ósmosis.
Por este razonamiento, si regamos las plantas con agua salada, las vacuolas de las células vegetales expulsan el agua, las células se arrugan y acaba la planta por deshidratarse y puede llegar a morir.
Hoy nuestro alumnado de Biología y Geología de 1º de Bachillerato lo han experimentado con éxito en el laboratorio. Muy bien, seguid así con esa actitud e interés.